jueves, 13 de septiembre de 2012

El género


He decidido comenzar a escribir artículos y opiniones relacionadas o que giren entorno a los fenómenos sociales, políticos, culturales, económicos, demográficos, religiosos, etcétera, que de manera directa estén motivados y tengan su pilar principal en las cuestiones de género, sea este femenino primordialmente, aunque también masculino, LGBT, y otras vías o manifestaciones que tenga el género humano desde un punto de vista sexual.
Aprovecharé el espacio que tengo en los periódicos digitales e-consulta y Diario Cambio para abordar estos temas, así como en la edición impresa del segundo. En la actualidad, poca gente que escribe en los medios de comunicación que tienen secciones de opinión sobre esta asombrosa y vastísima cantidad de variables que ofrece en general el asunto de “el género”. Hay quien quizá no lo haga porque no le interesa, o porque considere que hacerlo sería falto a la moral y mostrar una carencia de escrúpulos, o porque se hace de la vista gorda –como coloquialmente se dice-, o bien, otras razones. Sin embargo, es algo que siempre ha estado ahí y que, lógica y naturalmente, como consecuencia del exponencial crecimiento de la raza humana, se amplía y diversifica.
Me parece una rama del mundo, ésta del género, que tiene mucho qué ofrecer para poder mejorar como personas y como colectividades. Por eso quiero hablar y escribiré de ella. O basado en ella. Son temas –los particulares del general, i. e. “género”- que me interesan mucho, si bien aún carezco profundamente tan sólo de conocimientos que pudieran ser imprescindibles, sin embargo, mi inquietud por poder aportar criterios “nuevos” –nuevos, para la comunidad que lee ambos medios, porque en sí es un asunto que cuenta con estudios desde hace algunos años- es fundamental para que me dé a la tarea de documentar y crear un acervo que resulte completo para tocar estos temas de una manera crítica, analítica y lo más objetiva posible.
En este preámbulo se advierte que obraré de forma responsable. Para aclarar, me permito escribir éste penúltimo párrafo. Desde luego, mucha gente –féminas y varones- escribe sobre asuntos ligados al fenómeno y elemento que atrae mi atención. Pero, reconozco en sus líneas, respuestas a acontecimientos sociales o jurídicos, legislativos o políticos, más que planteamientos sugerentes al lector que puedan, incluso, transformar poco a poco, o con velocidad plausible para quienes a este tema lo perciben como imperativo, la percepción general sobre “el género”. Es así, pues, que optaré por comunicar y ofrecer mi opinión con mayor profundidad y en otros temas que no sean “por default” cómodos y “reflejos” de los comunicadores a la luz de los hechos en las comunidades. O, dicho de otro modo, temas como la igualdad de género, las cuotas políticas, las oportunidades para hombres y mujeres o el rol que han venido a desempeñar las mujeres, procuraré que estén lo más alejados de mis escritos que sea posible. Haré éstos y emitiré mis opiniones sobre temas diferentes, sectoriales, con objetividad.
Agradeceré que recurran a los textos que redactaré cada vez que sean publicados. Recibiré opiniones y críticas, que serán, por mí, tomadas en cuenta, quizá no para mis escritos, pero sí para mis ideas personales.